Conclusiones
de las mesas de trabajo de Conectividad (Documento Borrador)
Octubre 2002
En el marco de las jornadas sobre conectividad ambiental : las
áreas protegidas en el contexto mediterráneo, celebradas
en Málaga del 26 al 28 de septiembre de 2002, se celebraron
dos sesiones de trabajo Conectividad Ecológica y Conectividad
Social enfocadas a revisar los aspectos claves relacionados con
el proceso de conectividad en las áreas protegidas en la
cuenca mediterránea.
Los objetivos de estos talleres se centraron en evaluar los aspectos
que limitan y favorecen la conectividad en la cuenca mediterránea,
detectar casos de estudio y proponer directrices y acciones a emprender
para su discusión en la próxima reunión multitaller
que se celebrará en Murcia en marzo de 2003, donde el objetivo
es elaborar las bases de un Plan de Acción para las áreas
protegidas mediterráneas como aportación al CMP-2003.
Ambos talleres se estructuraron siguiendo el siguiente esquema:
Análisis general
Vacíos
Casos de Estudio
Propuestas
Taller
1: Conectividad Ecológica
y Áreas Protegidas Mediterráneas.
En la discusión se abordaron cinco aspectos principales
de conectividad:
1. Estandarización de conceptos
2. Su relación con los corredores ecológicos
3. Su relación con el territorio
4. Puntos críticos que la afectan
5. Investigación
Se concluyó como prioritario el definir adecuadamente el
marco teórico y conceptual que defina la relación
entre áreas protegidas, conectividad y corredores en el contexto
mediterráneo. Esta definición debe basarse en las
peculiaridades ecológicas, sociales y culturales de la ecorregión,
y no en conceptos "importados" de otras ecorregiones y
que no responden a las características de los paisajes culturales
que predominan en los países ribereños. En este sentido,
la definición de conectividad aplicada a los países
mediterráneos debe considerar dos cuestiones básicas
que determinan su singularidad: un componente cultural heterogéneo
y complejo y una dinámica estacional fluctuante.
Con frecuencia se utilizan indistintamente en la región
los conceptos de conectividad y corredores como sinónimos,
lo cual crea confusión en su aplicación. Por ello
es necesario aclarar que la conectividad, que debe ser el objetivo
a seguir, implica el mantenimiento de la interconexión y
dinámica de las especies, los procesos ecológicos
y los ecosistemas, así como de las funciones y servicios
que brindan los mismos, mientras que los corredores son sólo
una de las opciones a utilizar para facilitar la conectividad.
Es preciso igualmente evaluar la aplicación del concepto
de fragmentación en el contexto de la región mediterránea,
y contrastar el mismo con el uso que ha tenido este concepto en
otras regiones y ecosistemas del mundo, especialmente en bosques
tropicales. La aplicación del concepto fragmentación
va a depender de la tasa de renovación de los sistemas naturales
sobre los que incide la actividad humana en cualquiera de sus facetas.
En sistemas con altas tasas de renovación, la fragmentación
no debe constituir un factor limitante para la conectividad.
En el caso de la región mediterránea la fragmentación
ha dado lugar a un mosaico paisajístico, resultado de un
proceso paulatino de aprovechamiento de los recursos naturales a
lo largo de milenios, que ha condicionado la aparición de
los paisajes culturales que hoy existen. Por ello se puede considerar
que en el mediterráneo este tipo de fragmentación
puede, en determinados casos, propiciar el desarrollo de iniciativas
de conectividad. No obstante, y aunque esto sea válido en
territorios donde dominan paisajes culturales, se están desarrollando
actualmente otras intervenciones - vinculadas al desarrollo de infraestructuras
viales, urbanización y desarrollo agrícola intensivo-
que originan fragmentaciones de alto impacto negativo en la biodiversidad
y en los recursos naturales y culturales de la región.
Es necesario definir la fragmentación en el ámbito
ecomediterráneo, y su relación con el factor escala
y con el factor cultural, así como definir el umbral de fragmentación
para el mantenimiento de los paisajes culturales mediterráneos
y la diferencia conceptual entre fragmentación y diversidad
de teselas en el paisaje. En el marco de la región mediterránea
la heterogeneidad de paisajes está ligada a la heterogeneidad
cultural, esta diversidad de paisajes humanizados no puede considerarse
similar al concepto de fragmentación y en los paisajes mediterráneos
es necesario el mantenimiento de los usos tradicionales o ecológicamente
aceptables para la persistencia de los valores naturales.
Por todo ello, es necesario definir conceptualmente los términos
conectividad y corredores para el contexto de la ecorregión
mediterránea, así como proponer en el marco del CMP-2003
clarificar el marco conceptual, teórico y práctico,
en el desarrollo de iniciativas de conectividad a diferentes escalas.
Igualmente se considera necesario plantear, en el próximo
Congreso Mundial de Parques, el desarrollo de una tipología
de corredores y de otras opciones de conectividad que respondan
a objetivos primarios de conservación, de la misma manera
que existe para el caso de las categorías de manejo de áreas
protegidas.
El concepto de corredor ecológico debería quedar
restringido a aquellos elementos del paisaje que aún teniendo
una función social secundaria, su objetivo prioritario sea
el favorecer el desplazamiento de especies o el mantenimiento de
los procesos ecológicos. En el marco de la estructura territorial
del paisaje, los corredores deben diseñarse enfocados al
desarrollo de redes y sistemas de conservación y al uso racional
de los recursos naturales y culturales de la región. Estos
dos conceptos - redes y sistemas- se tienden a usar indistintamente.
Sin embargo, en el contexto regional, el término redes se
debe aplica al diseño de áreas protegidas y corredores
que sean representativos de las ecorregiones existentes, mientras
que en el término sistema se debe incorporar el marco legal
y las estructuras institucionales y administrativas que garantizan
la gestión de redes. Por tanto, el desarrollo de redes de
áreas protegidas no asegura la conectividad en la región
mediterránea, sino que la conectividad debe implicar el mantenimiento
de la estructura territorial mediante la consideración de
los fenómenos físicos que ocurren en el territorio,
los procesos ecológicos superpuestos y, en paralelo, la estructura
socioeconómica. Según esto, la conectividad es fundamental
para el mantenimiento del sistema, pero no de la red.
En el diseño de redes de espacios protegidos es importante
definir el objetivo prioritario de gestión e identificar
los procesos claves que determinan las conexiones ecológicas
y sociales en el paisaje.
Se pueden distinguir dos aproximaciones principales al concepto
de corredor, conservacionista clásica y proactiva, siendo
necesario precisar a priori el concepto de corredor ecológico
a aplicar y las escalas de trabajo necesarias en cada problema concreto
de conectividad.
Los corredores son una herramienta fundamental para mejorar la
conectividad, y en el contexto de la ecorregión mediterránea
los corredores no sólo cumplen una función ecológica
sino también cultural. Incorporando la función cultural,
y desde el punto de vista ecológico, es necesario tender
al diseño de corredores multifuncionales, y asociar esas
funciones con objetivos determinados.
Por otra parte, además de los corredores lineales tradicionales,
continuos y discontinuos, es importante considerar la función
que las áreas protegidas ejercen como corredores biológicos
en el contexto del territorio, actuando a la vez como refugio y
fuente de especies. Del mismo modo, y en el contexto de la cuenca
mediterránea, en la que predomina un paisaje cultural que
se caracteriza por una matriz compleja de usos de la tierra, es
importante favorecer el uso de las pequeñas teselas naturales
y seminaturales remanentes en el paisaje como elementos que faciliten
la conectividad (estriberones). Aún siendo importantes para
la conectividad en el mediterráneo utilizar mejor estos fragmentos
de hábitats como complementos necesarios al desarrollo de
corredores lineales continuos entre las áreas protegidas,
la pérdida de la función económica de estos
elementos de conectividad remanentes en el paisaje amenaza la persistencia
de los mismos, y por tanto la conectividad.
Por otro lado, es necesario resaltar el papel de los ríos
y riberas como una de las opciones más relevantes de conectividad,
no sólo a nivel de cuenca sino también entre los medios
terrestres y marinos en el contexto mediterráneo.
En el marco de las actuaciones necesarias para mejorar la conectividad
en el mediterráneo, es necesario abordar la ecorregionalización
del territorio y definir a distintas escalas los distintos procesos
que queremos salvaguardar. Para ello, es esencial cartografiar el
territorio en unidades ecológicas, incorporando como capas
temáticas las escalas espaciales y temporales de los distintos
procesos que afectan la conectividad. Es también preciso
establecer las escalas de trabajo en conectividad a distintos niveles.
En un primer nivel la escala de trabajo debe estar determinada por
el objetivo de conectividad, especies o procesos. En un segundo
nivel por los condicionantes sociales y/o ambientales que la limitan,
y en un tercer nivel por las medidas concretas planteadas para alcanzar
la conectividad.
Tanto en el ámbito terrestre como marino, es necesario prevenir
la invasión de especies exóticas y enfermedades derivadas
del establecimiento de corredores ecológicos.
En el contexto marino son especialmente relevantes los corredores
definidos por procesos geofísicos en la conexión de
biorregiones. Del mismo, en este ámbito, es necesario establecer
corredores biológicos para la protección de las formas
naturales de migración de especies entre las zonas de alevinaje
y de alimentación, distinguiendo entre corredores enfocados
a especies bentónicas y pelágicas. Mejorar la disponibilidad
de mapas ecológicos marinos, como herramienta base para el
diseño de estrategias de conectividad en este ámbito,
debe ser un objetivo a corto plazo.
Con carácter general, existen intersecciones entre ecorregiones
y regiones administrativas. Sin embargo, los procesos de conectividad
requieren abrir las fronteras administrativas a los procesos ecológicos.
De hecho, es necesario abordar la conectividad ecológica
en el contexto general del territorio, y en consecuencia, abordar
una aproximación integrada de las distintas redes, naturales
y no naturales, que coexisten en el paisaje. Para alcanzar este
objetivo es imprescindible la horizontalidad de las políticas
de conservación y la integración de los objetivos
de conectividad en el conjunto de políticas sectoriales.
Las áreas protegidas deben desempeñar un papel relevante
en el contexto de las redes ecológicas - deben constituir
núcleos principales de las mismas y observatorios vivos de
buenas prácticas de conservación - y, por tanto, la
consideración de redes incorporando a las áreas protegidas
puede constituirse como una herramienta fundamental para la planificación
y gestión ambiental.
La conectividad en el paisaje mediterráneo precisa, en consecuencia,
extender el concepto de los espacios protegidos más allá
de sus límites administrativos y la integración de
estos en el contexto del paisaje. Es por tanto necesario avanzar
en la integración de la ecología del paisaje, la ordenación
del territorio y la conservación de la naturaleza e identificar
los diferentes elementos del territorio que promuevan la coexistencia
de conservación y desarrollo.
Los instrumentos legales que integren la ordenación del
territorio y la conservación de la naturaleza pueden constituirse
como una de las herramientas más importantes en promover
la conectividad en el contexto mediterráneo. Idealmente,
la planificación y el manejo de las redes ecológicas
deberían extenderse al contexto del territorio. Sin embargo,
se constata la existencia de problemas en establecer vínculos
entre las poblaciones locales, las administraciones, los distintos
sectores y las prioridades políticas. En este sentido, es
prioritario evolucionar hacia un sistema de gestión participativo,
en el que se consideren los distintos grupos de interés,
poblaciones y autoridades locales y expertos como socios indispensables
para asegurar la persistencia de actuaciones y actividades sostenibles
sobre el territorio.
La funcionalidad de la conectividad en la región ecomediterránea
requiere una aproximación de lo local a lo global, y el establecimiento
en paralelo de redes ecológicas y de redes administrativas
y de grupos de interés. La planificación territorial,
en la que se incorporen los objetivos ambientales de conectividad,
puede constituir una herramienta relevante para conseguir dicha
funcionalidad.
Por otro lado, en la definición y gestión de la conectividad
ecológica en el paisaje mediterráneo es fundamental
la consideración de la matriz agrícola. En el ámbito
de esta ecorregión la agricultura tradicional mantiene unas
estructuras importantes para la conectividad. La conectividad se
puede favorecer mediante el mantenimiento o la instalación
de elementos lineales (ej. setos) o mediante el cultivo o el uso
de técnicas agrarias que faciliten el movimiento de la fauna.
Es importante, por tanto, potenciar la conservación activa
mediante el fomento de buenas prácticas - tradicionales o
no - en el medio rural, y de políticas agrarias sostenibles.
Se han propuesto inicialmente como ejemplos de buenas prácticas
en este contexto los parques agrícolas de Milán (Italia)
y de Barcelona (España).
Entre los factores que limitan la conectividad en el ámbito
mediterráneo destaca la falta de coordinación e integración
intersectorial. Otros factores limitantes de relevancia en la ecorregión
son consecuencia de los siguientes aspectos:
El abandono del medio rural.
La concentración agraria, con la consecuente eliminación
de elementos lineales del paisaje que pueden actuar como corredores
ecológicos.
La transformación de los procesos productivos tradicionales
en agricultura.
El desarrollo de redes y elementos artificiales que actúan
como barrera para los procesos biológicos y ecológicos
(redes e infraestructuras de transporte y comunicaciones, expansión
del tejido urbano, estructuras reguladoras de los cauces fluviales,
espigones, etc.).
Hay que resaltar que un componente importante de las acciones que
limitan la conectividad están financiadas con fondos públicos,
y por tanto es necesario ejercer presiones sobre los gobiernos para
potenciar un cambio de orientación hacia políticas
sectoriales sostenibles.
Entre los factores relevantes para el mantenimiento o mejora de
la conectividad en el ámbito de la ecorregión destaca
el inicio de experiencias o de procesos de desarrollo de redes de
espacios naturales protegidos en algunos puntos del mediterráneo;
la existencia de ayudas agrarias enfocadas a mantener la heterogeneidad
de la matriz agraria y los beneficios económicos que se pueden
derivar del mantenimiento de instersticios en el paisaje agrícola.
Sin embargo, es necesario fomentar la comunicación sobre
experiencias en conectividad a nivel de la cuenca mediterránea
y desarrollar la capacidad de trabajar conjuntamente.
Desde el punto de vista del conocimiento sobre conectividad ecológica
en el mediterráneo, se conocen bien los conceptos teóricos
que sustentan la idea de conectividad, tanto de corredores como
de fenómenos físicos y procesos ecológicos.
Sin embargo, desde el punto de vista de la conservación de
la naturaleza y de la gestión del territorio existe poca
información sobre la aplicabilidad de aquellos conceptos.
Así es el caso de los modelos de predicción de dispersión
de especies, funcionamiento de los ecosistemas o fenómenos
de escala.
Los objetivos esenciales de investigación en conectividad
deben contemplar aspectos tales como los siguientes:
Cuantificar cómo funcionan las cuerdas o divisorias,
las estructuras riparias, las estructuras agrarias-culturales
(setos, reticulados espaciales, etc.).
Conocer mejor y cuantificar la importancia que para la conectividad
tienen procesos tales como los flujos de ladera, las recargas
y descargas de acuíferos, las dinámicas estuarinas
y de deltas, la dinámica costera terrestre y marina.
Profundizar en instrumentos jurídicos consolidados para
la gestión, reconociéndose la importancia de inspirarse
en normativas y leyes, muchas de ellas antíguas, que han
mantenido procesos culturales que prescinden de fronteras, como
la transhumancia, gestión de terrenos comunales, y otras
formas del derecho consuetudinario.
Unificar parámetros e indicadores que permitan cuantificar
los fenómenos biológicos relacionados con los corredores
y con los fenómenos físicos y procesos ecológicos.
Entre estos parámetros están los que ligan la estructura
socioeconómica en el paisaje.
Formalizar conceptos tales como heterogeneidad, complejidad,
permeabilidad y escala. E, igualmente, sobre la aplicabilidad
de las ideas de salud e integridad ecológicas en sistemas
silvestres e intervenidos por el hombre.
Analizar sistemáticamente la evaluación económica
de las acciones de restauración y del rendimiento de los
planes de manejo. Igualmente conviene analizar la eficacia de
los instrumentos de ambientalización de las políticas
sectoriales (fondos de cohesión, fondos estructurales,
etc.)
Estudiar desde la perspectiva de la conectividad los efectos
genéricos del cambio global (evolución de los usos
del suelo, desertificación, cambio de estructuras socioeconómicas,
calentamiento atmosférico, etc.).
Por otro lado, el medio marino, cuyo conocimiento depende mucho
de la consideración de la conectividad física, representa
una oportunidad única para analizar los efectos de las perturbaciones
a diferentes escalas (ej. El calentamiento global o las perturbaciones
locales inducidas por el hombre).