El
uso sostenible de los recursos naturales
La región mediterránea se
distingue por su historia y cultura comunes,
su geografía y características
ecológicas, así como por estar
rodeada por un mar cerrado. En este último
punto es en el que se han basado las políticas
y las acciones concertadas que se han llevado
a cabo en la región en los últimos
30 años.
En los países de la costa mediterránea
viven actualmente 400 millones de habitantes,
y de ellos, cerca de 135 millones viven
en la costa mediterránea. Los altos
niveles de urbanización y de industrialización
en la costa y en los ríos lo ha hecho
más sensible a los profundos cambios
ambientales. La migración hacia las
zonas litorales, y sobre todo hacia el sur
y este del Mediterráneo, está
provocando una presión en el medio
costero, y sobre todo, en su biodiversidad.
El PIB per cápita de los países
mediterráneos de la UE es doce veces
mayor que el de sus homólogos del
norte de África, y el crecimiento
de la población junto con el lento
crecimiento de las economías hacen
que la inmigración legal o ilegal
a la UE se haya convertido en una atractiva
perspectiva para muchos, además de
proporcionar trabajos temporales, especialmente
en el sector agrícola.
En general, se puede decir que los recursos
naturales del Mediterráneos están
bajo una fuerte presión.
Bosques
Los bosques mediterráneos proporcionan
una amplia diversidad de beneficios y servicios
esenciales para la sociedad que van mucho
más allá de los típicos
productos forestales. Además, representan
uno de los importantes centros del planeta
de diversidad de plantas, con un cálculo
de 25.000 especies de plantas, de las cuales
casi la mitad son endémicas. Actualmente,
los bosques son frágiles y están
bajo amenaza. La intensificación
agrícola, los fuegos, el exceso de
pastoreo, y el cambio climático son
algunas de las principales amenazas de los
bosques del Mediterráneo y han contribuido
a la pérdida de los bosques y a la
degradación en muchos países
durante las últimas décadas.
Pesca sostenible
La
industria pesquera comprende algunas de
las 120 especies comerciales y la captura
anual de 1,1 millones de toneladas anuales.
Las tendencias más actuales han amenazado
la existencia del pez espada y el atún,
y cada vez más, los países
ribereños luchan por mantener la
pesca artesanal de importancia local económica
y cultural. La acuicultura de la región
no logra colmar el vacío entre la
captura anual y el consumo en los estados
ribereños (4 millones de toneladas
anuales), y la sostenibilidad de la pesca
está empezando a convertirse vertiginosamente
en una preocupación
fundamental.
Para muchos países, los recursos
hidrológicos son una cuestión
clave (con la excepción quizás
de la zona de los Balcanes que es más
rica en agua), por lo que el debate global
sobre el agua tiene eco en la región
mediterránea. Para el año
2025, el Plan Azul calcula que 10 de los
12 países podrían estar consumiendo
más del 50 por ciento de sus recursos
hidrológicos renovables, con ocho
de ellos consumiendo más del 100
% (figura 3). Aproximadamente, un 70 % del
agua del Mediterráneo se utiliza
para la agricultura, gran parte de este
consumo en Europa. Se han perdido muchos
humedales debido al drenaje y a la desviación
de aguas (65 % en Grecia, 28 % en Túnez).
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