El contexto Mediterráneo
A comienzos de los años 80, cambios económicos y políticos ocurridos en el mundo afectaron a los mercados de pesquería. En particular, el declive de capturas y el incremento de los precios de los productos tradicionales procedentes de la pesca, hicieron de los tiburones una fuente barata de proteínas. La pesca del tiburón creció en el mundo a finales de los 80. Al mismo tiempo, la pesca de palangre de pez espada y atún (la cual causa importantes capturas accidentales de tiburones) también se incrementó dramáticamente. Todo ello provocó una fuerte reducción de la población de tiburones, por lo que la comunidad científica demandó un estatus de protección legal a principios de los 90.
El Mediterráneo alberga una gran diversidad de tiburones y otras especies de la misma familia (87 en total, de las que 47 son tiburones, 38 rayas y 1 quimera). Si embargo, la pesca de tiburón es poco habitual en estas aguas. La pesca en el mediterráneo se caracteriza por utilizar una gran variedad de técnicas pesqueras debido a la gran variedad de poblaciones de peces. Los tiburones suelen ser capturados accidentalmente por la pesca de red de cerco y de palangre, y como especie objetivo de fines recreativos/deportivos. En el caso de la pesca de arrastre, el tiburón no puede ser considerado como pesca accidental aunque sea parte de grupo de peces atrapados en las redes.
Los tiburones mediterráneos están amenazados de extinción como consecuencia de la sobre-pesca, las capturas accidentales, la contaminación y la presión demográfica sobre el litoral. Además sus características biológicas les hacen especialmente frágiles: tienen un lento crecimiento por lo que tardan muchos años en alcanzar la madurez sexual y con ello procrear; tienen una baja fecundidad y largos ciclos reproductivos. Desafortunadamente, la falta de datos biológicos y pesqueros adecuados hace más difícil la compresión y la evaluación del estado de las poblaciones de tiburones.
Uno puedo pensar que reduciendo el número de tiburones podría aumentar el número de otras especies, pero eso no es verdad. El concepto de biodiversidad significa precisamente ‘cuántas más especies haya, mayor equilibrio habrá en el ecosistema”. Debido a la reducción de las poblaciones de tiburones, la comunidad internacional está trabajando para proteger aquellas especies más amenazadas. En noviembre de 2002, dos especies de tiburones han sido añadidas a la Lista de Anexo II de la Convención CITES, y tres especies han sido incluidas como ‘en peligro' en el Apéndice II del Convenio de Barcelona.
Además, la FAO está promoviendo la aplicación de Planes Internacionales de Acción para la conservación y gestión de los tiburones. En este sentido un plan específico de acción en el Mediterráneo para los tiburones elaborado por el Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN junto con al Grupo de Especialistas de Tiburones de la UICN (SSG, siglas en inglés), ha sido adoptado por los estados firmantes del Convenio de Barcelona en noviembre de 2003.
¿Qué está haciendo el Centro?
El Centro está promoviendo en coordinación con SSG la evaluación de los tiburones amenazados. Hasta la fecha 185 especies de tiburones, rayas y quimeras han sido añadidas a la Lista Roja de la UICN 2003. La Lista Roja es el inventario mundial más exhaustivo del estado de conservación global de plantas y animales. Utiliza un conjunto de criterios para evaluar el riesgo de extinción de las miles de especies y subespecies. Estos criterios son relevantes a todas las especies y a todas las regiones del mundo. Debido a su fuerte base científica, la Lista Roja de la UICN es considerada como la guía más autorizada del estado de diversidad biológica.
Dicha
evolución del estado de los peces
cartilaginosos en el Mediterráneo
pretende ayudar a los gobiernos a tomar
las decisiones adecuadas para reducir la
extinción de especies.
Para
más información, por favor
consulte la página web de la Lista
Roja. |